HISTORIA DE CENTRO AMÉRICA Y EL SALVADOR. se realizado con el proposaito de mostrarle al Mundo nuestra cultura y Artes atraes de la historia
viernes, 19 de febrero de 2016
ORÍGENES DE LA LITERATURA SALVADOREÑA
ORÍGENES DE
LA LITERATURA SALVADOREÑA
En los siglos
correspondientes a la colonia hubo un florecimiento literario
considerable en la metroPoliiberica; reflejo de lo cual, también en las
posiciones americanas se verifico un notable cultivo de las artes,
especialmente la arquitectura, la Plástica y la música.
Esta literatura
cortesana tendía a reproducir de forma mimética los cánones metropolitanos,
aunque ocasionalmente nutria una voz original y memorable como la de sor Juana
Inés de la Cruz, la poeta mexicana. El territorio salvadoreño se encontraba
lejos de los centros de la cultura.
Las
investigaciones de Pedro Escalan te y Carlos Velis revelan que en los años de
la colonia hubo una considerable actividad teatral, paracentral del
entrenamiento Popular en las festividades de los asentamientos de regular
importancia. Durante estas fiestas se representaban piezas de tema religioso o
comedias de propósito educativo, la fe católica y sus ritos eran el Punto común
en una sociedad heterogénea y fuertemente estratificada.
Por otro lado,
también se encontraba una literatura dirigida a un público lector mucho más
reducido y selecto, en ese grupo se encontraban obras de carácter piadoso,
biografías (vidas de santos y beatos) y tratados teólogos, escritos por
religiosos nacidos en el País, Pero Publicados usualmente en Europa.
Jesús recién
nacido, otro jesuita, el Padre Bartolomé Cañas, asilado en Italia a raíz de la
expulsión de su orden de los territorios españoles.
Literatura
secular; una obra alejada de la temática religiosa, fue el manual Para la
manufactura del añil.
AUTORES SALVADOREÑOS
Salvador Efraín Salazar Arrué, conocido como
Salarrué, nació en Sonsonate en 1899. Desde muy temprano comenzó a dar muestras
de una gran sensibilidad humana y estética, que se volcó en diferentes
disciplinas como la literatura, las artes plásticas y la reflexión espiritual.
Como muchos jóvenes, Salarrué se trasladó a San Salvador con miras a encontrar las posibilidades de subsistencia económica que no tenía en su ciudad natal, dada su complicada situación familiar. En la capital del país, comenzó a publicar en periódicos, a estudiar por su cuenta literatura y artes plásticas, influido en buena parte por su primo, el caricaturista Toño Salazar. En 1916, obtiene una beca gubernamental para estudiar pintura en Corcoran School, una academia de artes situada en la capital de los Estados Unidos.
Su primer libro fue la novela corta El Cristo negro
, publicada en 1926. Al año siguiente, publicó la novela El señor de La Burbuja
y en 1929, O' Yarkandal. Pero sus obras más conocidas son Cuentos de cipotes,
de 1945, y Cuentos de barro. También publicó volúmenes de cuentos como Eso y
más y La espada y otras narraciones; un poemario titulado Mundo nomasito,
publicado por única vez hasta la fecha en 1975 y las novelas La sed de Sling
Bader y Catleya Luna. Su literatura revela una riqueza de perspectivas humanas,
que recupera la visión infantil en Cuentos de cipotes, el campo salvadoreño y
su dramática existencia en Cuentos de barro y un acercamiento hacia una visión
espiritual influida por las visiones de mundo orientales y la teosofía.
Su obra pictórica fue expuesta en los Estados Unidos y en el país. Además, se desempeñó en algunos cargos gubernamentales, como la Dirección General de Bellas Artes y la dirección de la Galería Nacional de Arte, convertida hoy en la Sala Nacional de Exposiciones, ubicada en el Parque Cuscatlan de San Salvador.
Salarrué, el tan querido Salarrué, falleció en 1975. No podemos menos que repetir, con cariño, las palabras que el poeta salvadoreño Roque Dalton escribiera con motivo de su septuagésimo cumpleaños:
Dios lo bendiga y lo haga un santo don Salarrué
chas gracias por sus dulces guáshpiras
por los tentuntazos de ternura
con que me ha somatado las arganillas del corazón.
Rafael Menjívar Ochoa (nacido el 17 de agosto de
1959 en San Salvador) es un escritor, periodista, traductor salvadoreño. Su
padre, el economista Rafael Menjívar Larín, era rector de la Universidad de El
Salvador (nacional) cuando el ejército la ocupó en 1972 y lo exilió hacia Nicaragua.
El resto de la familia abandonó el país en enero de 1973 hacia Costa Rica,
donde se reunió con el padre. En 1976 se instalaron en México, donde Menjívar
Ochoa vivió durante veintitrés años. Estudió música, teatro y letras inglesas.
En 1999 se instaló en El Salvador, donde en 2001 se convirtió en Coordinador de Letras (director de literatura) y en 2001 fundó La Casa del Escritor, proyecto para la formación de escritores jóvenes, ubicado en la que fuera casa de Salvador Salazar Arrué (Salarrué). Pertenece a la llamada "Generación del Cinismo" o "Generación del Desencanto", junto con Horacio Castellanos Moya, Jacinta Escudos y Miguel Huezo Mixco, entre otros que comenzaron su producción literaria en la época de la guerra. Es compañero de vida de la poeta salvadoreña Krisma Mancía.
En 1999 se instaló en El Salvador, donde en 2001 se convirtió en Coordinador de Letras (director de literatura) y en 2001 fundó La Casa del Escritor, proyecto para la formación de escritores jóvenes, ubicado en la que fuera casa de Salvador Salazar Arrué (Salarrué). Pertenece a la llamada "Generación del Cinismo" o "Generación del Desencanto", junto con Horacio Castellanos Moya, Jacinta Escudos y Miguel Huezo Mixco, entre otros que comenzaron su producción literaria en la época de la guerra. Es compañero de vida de la poeta salvadoreña Krisma Mancía.
Juan José Cañas nació en San Miguel, en El
Salvador, el año de 1826. Estudió en Nicaragua y después en Guatemala, donde
obtuvo el título de Bachiller. Pasó a la Universidad y cursó tres años de
Medicina. En 1848 volvió a El Salvador y luego se marchó a San Francisco, en
busca de oro. Después fue a Nicaragua y se incorporó al ejército que luchaba
contra el filibustero William Walker.
En Cañas se juntan y armonizan tres personalidades: el poeta, el militar y el diplomático. Su producción literaria, iniciada a los 17 años, comprende versos, prosas literarias, trabajos de crítica, narraciones y artículos varios. En la poesía es el precursor del romanticismo en El Salvador. Su fama de poeta salvó las fronteras nacionales.
En Cañas se juntan y armonizan tres personalidades: el poeta, el militar y el diplomático. Su producción literaria, iniciada a los 17 años, comprende versos, prosas literarias, trabajos de crítica, narraciones y artículos varios. En la poesía es el precursor del romanticismo en El Salvador. Su fama de poeta salvó las fronteras nacionales.
Entre los cargos administrativos que desempeñó
están el de Gobernador Político Departamental y el de Subsecretario de
Relaciones Exteriores. En su carrera diplomática representó a El Salvador en
Santiago de Chile en calidad de Ministro Plenipotenciario, y logró la firma de
un tratado que intensificó las relaciones entre ambos países.
Escritor, educador y periodista salvadoreño. Su
poesía evolucionó desde el romanticismo hasta la orientación reflexiva y
conceptual de su poema Sóteer o La tierra de Preseas, editado completo en 1949.
Lector y traductor de poetas franceses, le descubrió a Rubén Darío las
posibilidades renovadoras implícitas en los versos de Victor Hugo,
posibilidades que él mismo trató de aprovechar en Versos (1884), convirtiéndose
así en uno de los precursores del modernismo en Centroamérica. La trayectoria
de su poesía es similar a la de su teatro, como demuestran sus dramas Júpiter
(1885), Ursino (1889), Conde de San Salvador o el Dios de las cosas (1901),
Lucía Lasso o Los piratas (1914) y La torre de marfil (1920), y el poema
dramático La princesa Catalá (1944). Iniciador del relato breve salvadoreño,
buscó inspiración para sus cuentos en los tiempos precolombinos y coloniales,
así como en otras literaturas. Propuso la creación de un nuevo idioma, el
salvador, y hacia 1906 -en esa fecha inició sus vuelos en aeroplano el
brasileño Alberto Santos Dumont- pretendió aplicarlo a la creación de su poema
en hexámetros Los aeronautas, Poema en Hexámetros a la Gloria Latinoamericana
de Nace en el departamento de San Miguel el 29 de diciembre de 1863, Muere en
San Salvador el 22 de septiembre de 1955 su nombre completo es: Francisco
Antonio Gavidia Guandique. Es tomado como el fundamentador de nuestra literatura.
Gavidia llena una época, marca una etapa.
Álvaro Menéndez Leal (Santa Ana, 13 de marzo de 1932 -San Salvador, 6 de abril de 2000.) Cuentista y dramaturgo, que escribió bajo el seudónimo de Álvaro Menen Desleal.
Perteneció a la llamada Generación Comprometida junto con Manlio Argueta, Italo López Vallecillos, Roque Dalton y otros. Menen Desleal fue el creador de los noticieros televisivos en El Salvador, con el mítico programa Telediario salvadoreño. Su suerte cambiaba de gobierno a gobierno; estuvo exiliado y fue también agregado cultural de El Salvador en México y director del Teatro Nacional.
HUGO LINDO
Hugo Lindo nación en La Unión en 1917 y murió en San Salvador en 1985.
Fue diplomático, abogado, cuentista, novelista y poeta. Ocupó el cargo de
director del Departamento Editorial del Ministerio de Educación y luego el de
Ministro de Educación. También representó al país en puestos diplomáticos en
Chile, Colombia y España. Fue miembro de número de la Academia Salvadoreña de
la Lengua y correspondiente de la Chilena y colombiana. Asimismo se desempeñó
como decano de la facultad de Cultura general y Bellas Artes de la
Universidad “Dr. José Matías Delgado”. Su obra le hizo merecedor de varios
premios. El poemario Libro de horas obtuvo el Primer Premio del Certamen
Permanente “15 de septiembre”, en Guatemala, 1947. Navegante río obtuvo el
Primer Premio Centroamericano en los Juegos Florales de Quezaltenango, 1962. A
su novela Cada día tiene su afán se le concedió el Segundo Premio República de
El Salvador en el Certamen Nacional de Cultura, 1964. Además de su obra
premiada, destaca por sus ensayos jurídicos; cabe mencionar su tesis
doctoral El divorcio en El Salvador, 1948, la cual obtuvo una medalla de oro, y
el ensayo Movimiento unionista centroamericano, 1958. En narrativa destacan los
siguientes libros: Guaro y champaña (cuento, 1947); Aquí se cuentan cuentos
(cuento, 1959); Espejos paralelos (cuento, 1974); El anzuelo de Dios
(novela, 1956); ¡Justicia, señor Gobernador! (novela, 1960); Yo soy la memoria
(novela, 1985); y Antología del Cuento centroamericano (antología, 2 volúmenes,
1949-50)
Otros libros del autor son: Desmesura (poesía, 1992); Varia poesía, con
prólogo del poeta colombiano Rafael Maya (Antología poética, 1960); Fácil
palabra (poesía, 1985); Recuento (anotaciones literarias e históricas de
Centroamérica, 1969); Sólo la voz (poesía, 1968); Aquí mi tierra (poesía,
1989); Sangre de Hispania fecunda (poesía, 1972); Maneras de llover (poesía,
1982) y Resonancia de Vivaldi (poesía).
MIGUEL ANGEL ESPINO
Narrador, ensayista, periodista y jurista salvadoreño, nacido en Santa Ana el
17 de diciembre de 1903, y fallecido en México D. F. el 1 de octubre de 1967. A
pesar de la relativa brevedad de su producción literaria, está considerado como
uno de los más destacados narradores de la literatura centroamericana del siglo
XX, merced a su excepcional novela titulada Hombres contra la muerte (1947).Nacido
en el seno de una prestigiosa familia de profesores y escritores, mostró desde
muy temprana edad un acentuado interés hacia los temas humanísticos, lo que le
llevó a cursar estudios de Leyes y licenciarse como jurista en la Universidad
de El Salvador. Ejerció después, durante algunos años, la docencia, actividad
que enseguida empezó a compaginar con su tenaz dedicación al cultivo de la
literatura. Muy bien relacionado en los círculos culturales de su país, pronto
comenzó a publicar sus primeros artículos y relatos en los principales medios
de comunicación salvadoreños, entre los que destacan las revistas Cuscatlán (1919), Atlacatl(1921) Lumen (1926)
y Cactus (1933), y el rotativo diario Queremos (1927).
Esta importante presencia en la prensa salvadoreña le permitió asumir el cargo
de Jefe de Redacción de El Gran Diario (1939), ocupación que
pronto compaginó con un puesto de funcionario en el Ministerio de Relaciones
Exteriores de El Salvador. Su primera narración extensa, una novela poemática
titulada Trenes, vio la luz en Chile (Santiago: Editorial Arcilla,
1940). Posteriormente, mientras preparaba su famosa obra Hombres contra
la muerte, se vio obligado a emigrar a México, país en el que apareció este
magnífico relato centrado en las preocupaciones sociales de buena parte de los
intelectuales centroamericanos de su tiempo. En 1948, el gobierno de su nación
reconoció la valía de este escritor con un galardón oficial concedido a esta
gran novela.
FABULA DE LEÓN ZIGUENZA
Narrador y político salvadoreño, nacido en Cojutepeque (en el departamento de Cuscatlán) el 31 de octubre de 1895, y fallecido en San Salvador el 27 de mayo de 1942. Por la agudeza, sencillez y eficacia de sus célebres narraciones en verso, escritas con la intención de censurar los peores comportamientos del ser humano, está considerado como el primer fabulista de la literatura salvadoreña.
Nacido en el seno de una familia acomodada -muy influyente en el devenir político, social y cultural de su nación-, León Sigüenza tuvo acceso desde muy temprana edad a una esmerada formación académica, desarrollada primero en los colegios de su ciudad natal, y posteriormente en las mejores instituciones de enseñanza de la capital de El Salvador. Tras haber completado sus estudios, dio inicio a una brillante trayectoria política que muy pronto le condujo a asir los cetros de regidor y alcalde temporal de su Cojutepeque natal, de donde pasó a desempeñar el cargo de secretario del consulado salvadoreño en Nueva York (1919-1923).
Durante dicho período de residencia en los Estados Unidos de América comenzó a cultivar su afición a la literatura, para lo que se sirvió del cauce que le brindaban los principales medios de comunicación de su país natal. En efecto, asumió las corresponsalías norteamericanas de algunos rotativos tan relevantes como La Prensa y el Diario de El Salvador, ocupación que difundió su nombre en los círculos culturales salvadoreños. Posteriormente, León Sigüenza fue destinado a la Secretaría del consulado salvadoreño en Tokio (Japón), donde cubrió el período de 1927 a 1931 y, en una segunda etapa, el de 1934 a 1941.
De regreso a Centroamérica entre ambas misiones en Japón, fue designado representante de su departamento de Cuscatlán, en calidad de diputado en la Asamblea Nacional (1933), institución en la que resultó elegido presidente de la Comisión Legislativa de Relaciones Exteriores, Gracia y Justicia. Cuando volvió a ocupar el cargo de secretario en el consulado en Tokio, León Sigüenza intervino activamente en uno de los episodios más destacados de la historia de la diplomacia salvadoreña del siglo XX: el reconocimiento, por parte del gobierno del general Maximiliano Hernández Martínez, de la existencia del recién proclamado imperio de Manchoukuo, creado por el ejército japonés en la región china de Manchuria. El general Maximiliano Hernández comprometió, con este apoyo a la invasión nipona y el inmediatamente posterior reconocimiento de sus pretensiones imperialistas en China, la estabilidad política internacional de El Salvador, circunstancia que se agravó aún más cuando, el 9 de diciembre de 1941, estalló la guerra en la zona del conflicto.
La mayor parte de los gobiernos mundiales condenó enérgicamente el imperialismo nipón, lo que aisló a El Salvador en su postura y supuso una censura unánime contra el pueblo salvadoreño. León Sigüenza se vio inevitablemente envuelto en las conversaciones entre los gobiernos salvadoreño y japonés, pero las brillantes gestiones de mediación que supo realizar en este rocambolesco episodio permitieron un lavado de la imagen de El Salvador ante la opinión pública internacional. Por lo demás, este extraño avatar de la política exterior salvadoreña causó honda conmoción en toda la ciudadanía de la pequeña república centroamericana, y levantó una densa polvareda de voces y escritos a favor y en contra del apoyo a las tropas japonesas, entre los que sobresale el lúcido análisis que publicó, en forma de libro, el doctor Ramón López Jiménez.
Durante sus largas estancias en el extranjero, León Sigüenza dio rienda suelta a su pasión por la creación literaria, que supo canalizar en un género hasta entonces nunca cultivado por los escritores de su patria: la fábula satírico-moral. Muchos de sus escritos, redactados tanto en prosa como en verso, fueron apareciendo en diferentes medios de comunicación de todo el mundo, unidas a las numerosas crónicas que enviaba a su país en calidad de corresponsal de los diarios y revistas salvadoreños. En estas fábulas, el escritor de Cojutepeque vertía su afilada mordacidad contra la vanidad, prepotencia y corrupción de políticos y altos funcionarios, para extraer al final una moraleja que acababa censurando, en general, los vicios y depravaciones generalizados en cualquier espécimen del género humano.
Instalado de nuevo en El Salvador, ya liberado de misiones diplomáticas, León Sigüenza concibió el proyecto de reunir en un mismo volumen todos estos escritos satírico-morales; sin embargo, su repentino fallecimiento, acaecido en la capital salvadoreña cuando el autor aún no había cumplido los cincuenta años de edad, le impidió ver impresa esta recopilación. Por fortuna para la historia de las Letras hispanoamericanas, los familiares de León Sigüenza, conocedores de la ilusión que el recién fallecido escritor había depositado en este proyecto editorial, acabaron de reunir sus textos y los dieron a la imprenta antes de que concluyera el mismo año de su muerte. Así, recopilados bajo el título genérico de Fábulas, estos escritos de León Sigüenza vieron la luz póstumamente para regocijo de críticos y lectores, en medio de una aceptación tan extendida que hizo necesaria su reedición en múltiples ocasiones (1955, 1977, 1996 y 1998).
Narrador y político salvadoreño, nacido en Cojutepeque (en el departamento de Cuscatlán) el 31 de octubre de 1895, y fallecido en San Salvador el 27 de mayo de 1942. Por la agudeza, sencillez y eficacia de sus célebres narraciones en verso, escritas con la intención de censurar los peores comportamientos del ser humano, está considerado como el primer fabulista de la literatura salvadoreña.
Nacido en el seno de una familia acomodada -muy influyente en el devenir político, social y cultural de su nación-, León Sigüenza tuvo acceso desde muy temprana edad a una esmerada formación académica, desarrollada primero en los colegios de su ciudad natal, y posteriormente en las mejores instituciones de enseñanza de la capital de El Salvador. Tras haber completado sus estudios, dio inicio a una brillante trayectoria política que muy pronto le condujo a asir los cetros de regidor y alcalde temporal de su Cojutepeque natal, de donde pasó a desempeñar el cargo de secretario del consulado salvadoreño en Nueva York (1919-1923).
Durante dicho período de residencia en los Estados Unidos de América comenzó a cultivar su afición a la literatura, para lo que se sirvió del cauce que le brindaban los principales medios de comunicación de su país natal. En efecto, asumió las corresponsalías norteamericanas de algunos rotativos tan relevantes como La Prensa y el Diario de El Salvador, ocupación que difundió su nombre en los círculos culturales salvadoreños. Posteriormente, León Sigüenza fue destinado a la Secretaría del consulado salvadoreño en Tokio (Japón), donde cubrió el período de 1927 a 1931 y, en una segunda etapa, el de 1934 a 1941.
De regreso a Centroamérica entre ambas misiones en Japón, fue designado representante de su departamento de Cuscatlán, en calidad de diputado en la Asamblea Nacional (1933), institución en la que resultó elegido presidente de la Comisión Legislativa de Relaciones Exteriores, Gracia y Justicia. Cuando volvió a ocupar el cargo de secretario en el consulado en Tokio, León Sigüenza intervino activamente en uno de los episodios más destacados de la historia de la diplomacia salvadoreña del siglo XX: el reconocimiento, por parte del gobierno del general Maximiliano Hernández Martínez, de la existencia del recién proclamado imperio de Manchoukuo, creado por el ejército japonés en la región china de Manchuria. El general Maximiliano Hernández comprometió, con este apoyo a la invasión nipona y el inmediatamente posterior reconocimiento de sus pretensiones imperialistas en China, la estabilidad política internacional de El Salvador, circunstancia que se agravó aún más cuando, el 9 de diciembre de 1941, estalló la guerra en la zona del conflicto.
La mayor parte de los gobiernos mundiales condenó enérgicamente el imperialismo nipón, lo que aisló a El Salvador en su postura y supuso una censura unánime contra el pueblo salvadoreño. León Sigüenza se vio inevitablemente envuelto en las conversaciones entre los gobiernos salvadoreño y japonés, pero las brillantes gestiones de mediación que supo realizar en este rocambolesco episodio permitieron un lavado de la imagen de El Salvador ante la opinión pública internacional. Por lo demás, este extraño avatar de la política exterior salvadoreña causó honda conmoción en toda la ciudadanía de la pequeña república centroamericana, y levantó una densa polvareda de voces y escritos a favor y en contra del apoyo a las tropas japonesas, entre los que sobresale el lúcido análisis que publicó, en forma de libro, el doctor Ramón López Jiménez.
Durante sus largas estancias en el extranjero, León Sigüenza dio rienda suelta a su pasión por la creación literaria, que supo canalizar en un género hasta entonces nunca cultivado por los escritores de su patria: la fábula satírico-moral. Muchos de sus escritos, redactados tanto en prosa como en verso, fueron apareciendo en diferentes medios de comunicación de todo el mundo, unidas a las numerosas crónicas que enviaba a su país en calidad de corresponsal de los diarios y revistas salvadoreños. En estas fábulas, el escritor de Cojutepeque vertía su afilada mordacidad contra la vanidad, prepotencia y corrupción de políticos y altos funcionarios, para extraer al final una moraleja que acababa censurando, en general, los vicios y depravaciones generalizados en cualquier espécimen del género humano.
Instalado de nuevo en El Salvador, ya liberado de misiones diplomáticas, León Sigüenza concibió el proyecto de reunir en un mismo volumen todos estos escritos satírico-morales; sin embargo, su repentino fallecimiento, acaecido en la capital salvadoreña cuando el autor aún no había cumplido los cincuenta años de edad, le impidió ver impresa esta recopilación. Por fortuna para la historia de las Letras hispanoamericanas, los familiares de León Sigüenza, conocedores de la ilusión que el recién fallecido escritor había depositado en este proyecto editorial, acabaron de reunir sus textos y los dieron a la imprenta antes de que concluyera el mismo año de su muerte. Así, recopilados bajo el título genérico de Fábulas, estos escritos de León Sigüenza vieron la luz póstumamente para regocijo de críticos y lectores, en medio de una aceptación tan extendida que hizo necesaria su reedición en múltiples ocasiones (1955, 1977, 1996 y 1998).
El aguila y el pato:
El
águila voló hacia el infinito
llevando
entre sus alas poderosas
al
venturoso pato, favorito
sobre
todas las cosas
Viéndose
tan arriba, el pobre pato
sintió
tener las alas muy ligeras,
y
creyó el insensato
que
el había volado a las esferas
de
la región bellisima del cielo,
como
un pájaro audaz que de este suelo
al
levantarse hiende
el
viento y lo domina a golpes de ala.
Esto
les ha pasado
a
muchos funcionarios insensatos,
que
águilas se creyeron, siendo patos!
MOROS Y CRISTIANOS
MOROS Y CRISTIANOS
Historia:
La historia de
moros y cristianos data desde la época española de la colonia, puesto que los
españoles llegaron a los pobladores de estas tierras muchas tradiciones. Así es
como la danza de los Historian tés, refleja las hazañas legendarias de las
luchas sostenidas en España entre Moros y cristianos. Durante el desarrollo de
la danza se destaca la actitud, caballerosidad y valentía de los cristianos, no
así la conducta de los Moros, quienes se distinguieron por su crueldad y
salvajismo, desatado contra sus adversarios. Sin embargo, la fe en Dios de los
Cristianos los tornaba vencedores en las batallas. En Apastepeque,
tradicionalmente la danza de historian tés: moros y cristianos es una réplica
de la danza que se bailaba en España como un recuerdo de las batallas reales de
las cruzadas en España de los moros y cristianos, producto de la protección de
las tierras santas en el año 711. (A.c) se les llamabas moros a los musulmanes,
árabes o turcos que venían del norte de África. Después de la llega de los
españoles a estas tierras, la fiesta de los moros y cristianos es celebrada en
las fiestas de San Sebastián Mártir que son del 16 al 20 de enero de cada año,
interpretando varias danzas, entre ellas: la Historia de Carlos Magno, la
historia de las tres coronas, Juana de Arco y otras.
Es
muy encomiable la participación que tienen los integrantes de estos grupos por
que dedican gran parte del tiempo de los días de descanso para los en sayos,
así como a la memorización de los relatos que dicen el ensayo Real. FORMA DE
VESTIR: El vestuario de los historian tés es muy vistosos, sobresaliendo el de
los moros más que todos el traje de Rey. Todos los integrantes usan coronas
doradas con una media luna un espejo en la parte frontal, y llevan largas y
rizadas cabelleras, también sus máscaras de madera que las caracterizan por ser
únicas en el país por sus rasgos Españoles, con sus ojos azules o negros. Del
cuello cuelga una capa con sartas astrales (figuras de luna y estrellas).
Empuñan en sus manos espadas que simbolizan luchas libradas durante la época de
las cruzadas. De ellas cuelgan pañuelos de diferentes colores y visten elegantes
atuendos. En las piernas llevan medias hasta las rodillas y los zapatos con
cascabeles que al salto deslumbra con su sonido espectacular. Los cristianos
usan una elegante corona, el vestuario es muy parecido al de los moros, algunos
visten trajes militares que representa a la guardia del rey. Todo esto
representa la forma de vivir de la época. PERSONAJES: Sus personajes son 15
entre ellos tenemos los más peculiares que son: el moro choco, el gracejo, la
reina y el Rey moro y el Rey cristiano MUSICA: La música que acompaña la danza
es a base de pito y tambor marcando los pasos marchas y sones cada uno de estos
cambios musicales determinan ciertos movimientos en la danza.
Lugar y fecha:
Municipio de
Apastepeque, Departamento de San Vicente, El salvador. Se celebra el 20 de
Enero en Honor A San Sebastián.
SELECCIONES LA DANZA FLOFCLORICA "MOROS Y CRISTIANOS", POR SUS MOVIMIENTOS, PASOS, SUS COLORIDOS TRAJES Y SUS MASCARAS QUE REFELJAN TRISTEZA, ENOJO Y INTRIGA.
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Desde el
punto iconográfico e iconológico, las imágenes plasmadas por los pobladores
mesoamericanos, y para el caso de lo que hoy territorialmente comprende el área
geográfica de el salvador, se encuentran algunas manifestaciones de lo que
llamamos arte rupestre, desde las curvas de corinto, en Morazán, la pintada en
cabañas y otras como la calera en la alma Chalatenango, entre otras.
Aplicando
las categorías de forma y contenido ara lo que denominamos en el arte rupestre,
encontramos que sus imágenes nos transmiten sensaciones, nos presentan imágenes
que de alguna manera reconocemos como tales, e interpretamos de acuerdo a
nuestras capacidades mentales culturales, podríamos decir que el arte rupestre
plasmado en las rocas, tendría un apartado muy especial dentro de la
arqueología y de las historias del arte en su especialidad interpretativa, no
cabe duda que nadie va a confundir un arte plasmado en los muros ,o a lo que
llamamos pintura mural, lo cual es diferente hacer llamado un arte rupestre.
Desde el punto de vista el arte rupestre, es un modo codificado, que de acuerdo a antropólogos o comunicólogos como Levi Strauss, ofrece una acción interpretativa al proceso de comunicación artística de lo que es la imagen y el objeto; entre forma y contenido.
Entrando a
un campo interpretativo filosófico de lo que es la comunicación estática, el
papel del signo artístico, es un componente unificado de lo que hoy llamamos signo,
entre el juego dialectico o dinámico entre lo que los semiológico semióticos
determinan como imagen o concepto.
Entorno a
las condiciones que se encuentran en nuestro país los diferentes lugares de
presencia de arte rupestre, que no hay una política de conservación de dichos
sitios, en los cuales el acelerado deterioro “natural”, de los espacios
arqueológicos, cabe decir, que la construcción de políticas estatales entorno
al cuidado y estudio no ha tenido eco; no obstante, las condiciones en que se
encuentran dichos sitios, en los cuales dichos sitios son utilizados para
encender juego , para cocinar desde alimentos y otros quehaceres, esto nos
quiere decir que no se ha hecha lo suficiente, para su preservación, como lo
han presentado arqueológicos y antropólogos de otras latitudes.
El arte es una de las manifestaciones de la consciencia social, bajo este anunciado la acción de preservar para este caso el arte rupestre salvadoreño, es necesario crear políticas de preservación, donde todos los sectores involucrados participen para su divulgación.
Pero
regresando a lo expresado por nuestros antepasados prehistóricos, lo que
encontramos en Corinto, departamento de Morazán, donde existe una gruta o
caverna llamada “la Curva del Espíritu Santo”, en ella se manifiesta una cantidad
considerable de diseños de dibujos y pinturas trazadas y pintadas sobre las
paredes, esto demuestra que la región de lo que hoy comprende nuestro qais ha
estado habitado de hace miles de años. Algunas consideraciones podríamos
interpretar que en todo caso, se trata de la experimentación que nuestros
ancestros pintores trataban de representar algo. El arte parietal rupestre
evoluciono a practica muralista que pronto en el periodo prehispánico se hiso
sentir, desde pinturas rupestre creados en cavernas de Oxtotitlan, en México,
atribuidas a la cultura Olmeca, no cabe duda que la influencia y en lo que hoy
es nuestro territorio salvadoreño, el cual pertenece a la región mesoamericana,
nos vincula inevitablemente a numerosos ejemplos de arte parietal pintados
Desde la antigüedad mesoamericana que antecede al periodo formativo.
La
importancia del estudio sistemático de arte rupestre salvadoreño es un reto
para la comprensión identitaria, la identificación de estos espacios, sitios
arqueológicos que pertenecen al período arcaico o mucho más atrás; el estado
salvadoreño está obligado a velar por su conservación, estudio y divulgación de
la importancia científica y artística de estos sitios, a arte de su interés
para su conservación y preservación y estudio sistemático que es una necesidad
histórica.
La urgente
necesidad de la protección de estos lugares, que en muchos casos la población
que llega a estos lugares, destruye agrade o no agrade, cuando enciende
fogatas, debajo de estas pinturas, retrogradados, todos estos sitios
permanecen al período arcaico,
posiblemente mucho aún más antiguos.
Álvaro
Sermeño.
Pintor y
antropólogo, miembro de la Asociación Salvadoreña de Trabajadores del Arte y
Cultura ASTAC.
Corinto
está situado al extremo oriente del Departamento de Morazán a 820 metros sobre
el nivel del mar, es un acogedor pueblo, importante como un centro de comercio
regional, ligado a la Ruta
Militar Y
Santa Rosa de la Lima, por una Carretera pavimentada; recientemente, se ha
unido a las ciudades de CacaoPera y San Francisco Gotera, por un pintoresco
camino intermunicipal desde el que se disfruta el profundo valle del Rio Sapo.
Los
miércoles y domingo son días de mercado, en los que se dan cita comerciantes de
los municipios aledaños y de la vecina Honduras, para comerciar artículos de
jarcia, sombreados de palma, productos lácteos y de consumo. Es el segundo
centro comercial más importante, después de San Francisco Gotera.
Corinto
tiene una población 17,384 habitantes, pertenece al distrito de Osicala, se
divide en 5 cantones y 51 caseríos. Corinto es una pintoresca ciudad, es
poseedora de un clima muy agradable y hermosos paisajes naturales, su gente es
muy cordial y atenta.
Cuenta con
cerros, ríos u
Y con un
lugar turístico llamado “Las Curvas del Espíritu Santo” esta curva cuenta con
muchas pinturas y Retrogradados en su interior, es un lugar de buen ambiente
natural e ideal para conocer las formas de comunicación de los ancestros de la
época.
lunes, 15 de febrero de 2016
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